Páginas

11/1/12

Cuando el mar nos niega el pez

Después de los preparativos y la angustia del transporte, llegamos al lugar idóneo para la practica de nuestra afición: el spinning.Claro que el lugar estaba muy conocido por nosotros. Ahí mismo, se pesca casi de todo: lubinas, sargos de buena talla y hasta doradas respetuosas.A nosotros no nos importaba sacar ninguna de esas piezas con carnada.Lo nuestro es pura pasión, lanzar y recuperar, luego lanzar y cambiar movimiento, acelerar, buscar escondites de depredadores y adivinar.Si adivinar cual sera la manera del ataque y hasta el tipo del pez.Eso nos lleva ventaja, lo creíamos de verdad como teníamos mucha ilusión  

                                                                              
               

desde luego.Hasta que las picadas se sucedieron sin resultado ninguno de capturas.Lo que no se comprende fácilmente es como que un pez como la lubina siguiese el artificial unos metros antes de dar la vuelta!Se suponía que el instinto depredador lo llevase sobre su carácter receloso a rechazar todo tipo de señuelos que le presente.Por supuesto que la historia no paso de esa manera.Con solo ver el pez y no poder sacarle partido o notar la picada y observar síntomas de su presencia, la inquietud tomaba posesión de nosotros.Un pescador no se deprime ni se rinde  tan fácilmente y probamos varios vinilos de todas las

tallas, un minnow pequeño y al final nos que damos con un minnow de 10 centímetros color blanco transparente. Probamos y probamos y cada hora que pasa, nuestra muñeca y espalda comenzaban a darnos un poco de dolor amen del cansancio que sufrimos.Decidimos cambiar de lugar como se supone hacer en el spinning: Cazar al cazador.La otra franja tenia espuma en el rebalaje, y daba la sensación de esconder algún depredador despistado.Pues no lo era.Eramos nosotros los despistados según la lógica del mar.


Pensaba en algún dentón perdido o al menos una lubina mediana depuesta a zamparse sobre el artificial que daba síntomas de huida y herida para ser natural como un pez de pasto común.Ahora se hace mas tarde y la ansiedad ganaba terreno en nosotros.Nos la tomamos en serio con la mala suerte como todos para justificar nuestra situación incomprensible.Hasta que al final, nos demos cuenta de que ese día no era el nuestro porque los peces no tenían muchas ganas por decir poco y porque el mar (para explicar muchos factores ajenos a la pesca) no estaba a nuestro favor. Así de simple y así es el spinning y la pesca en general.Y como decimos en nuestro país: No todos los días son fiesta.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, es como si me leyeras la mente pues es lo que me pasa casi siempre que voy a pescar, y me voy a casa sin una picada, pero con la sensación que lo he intentado todo.

    Creo que me hace falta más práctica, y ser màs listo que los peces

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias toni por el post.Muy amable.Yo pienso que eso es lo que hace del pescador un pescador nato o a lo mejor un cazador.Suerte la próxima vez!

      Eliminar

Escribe aqui su comentario